Investigaciones recientes muestran que el uso de patrones
rítmicos facilita la respuesta óptima en el tiempo, por lo que el
entrenamiento mediante ritmos podría proponerse como terapia novedosa
ante problemas como la impulsividad. Esto podría beneficiar a pacientes
con daño prefrontal o personas con trastorno por déficit de atención e
hiperactividad (TDAH), que suelen mostrar conductas impulsivas, así como
dificultad para estimar el paso del tiempo.
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¿Quién no ha cantado o bailado al son de una canción? El ritmo de la
música parece proporcionar información temporal predictiva y fiable. Es
decir, todo el mundo sabe cuándo será el siguiente “pulso” rítmico de la
canción (sobre todo si es conocida), lo cual nos permite sincronizar
nuestros movimientos con el ritmo. El ser humano tiene la capacidad de
emitir sus respuestas en el momento óptimo, y los ritmos proporcionan
una información predictiva poderosa (Barnes y Jones, 2000). Así, de
forma automática y sin necesidad de pensar, el ritmo induce en el
individuo una expectativa temporal, que le permite anticipar cuándo va a
suceder el siguiente evento (algo que hacen incluso los bebés, Sanabria, 2008).
En la última década se ha retomado el estudio científico del tiempo y
su relación con diversas alteraciones en las que las personas dan
respuestas adecuadas, pero en momentos inoportunos, es decir, responden
precipitadamente antes de tiempo. Así, la impulsividad mostrada por
pacientes con daño cerebral en el lóbulo prefrontal o por niños con
trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH) parecen
relacionadas con dificultades en la estimación y preparación temporal
(Berlin, Rolls y Kischka,, 2004; Toplak, Dockstader y Tannok, 2006).
Actualmente los problemas de impulsividad se interpretan únicamente como
un déficit en el control cognitivo y comportamental, por lo que su
intervención se basa principalmente en dotar al paciente de estrategias
que le permitan autocontrolar su conducta. Sin embargo, dada la relación
cada vez más evidente de la impulsividad con los procesos temporales,
abordar los problemas conductuales de estos pacientes desde paradigmas
de preparación temporal podría ser no sólo novedoso teóricamente, sino
también un avance en la eficacia de su terapia neuropsicológica. De
hecho, algunas investigaciones han mostrado cómo pacientes con lesión
prefrontal son capaces de sincronizarse con un patrón rítmico (Berlin y
cols., 2004). Esta capacidad predictiva de los ritmos se ha relacionado
también con mejoras en la atención de niños con TDAH (Shaffer y cols.,
2000).
Recientemente, un estudio de nuestro laboratorio (Triviño, Correa, Arnedo y Lupiáñez, 2010; véase también Triviño y col, 2010)
encontró que los pacientes con lesión prefrontal derecha mostraban
dificultades para responder de forma adecuada y anticipar la llegada de
los estímulos cuando tenían que utilizar información temporal explícita
proporcionada por una señal no rítmica, es decir, un símbolo arbitrario
al que se le atribuye información temporal (en nuestro caso, una línea
corta o larga que indicaba un intervalo corto o largo, véase la Figura
1). En cambio, los pacientes con lesión prefrontal izquierda presentaron
una ejecución semejante al grupo control sano.
Basándonos en estos resultados, realizamos otro estudio (Triviño y
col., 2011) donde comparamos esta misma señal con una de tipo rítmico
(Figura 2), con la intención de observar si los pacientes con lesión
prefrontal derecha podrían mejorar su ejecución. En este caso, la señal
consistía en unas líneas que aparecían o desaparecían con un ritmo
rápido o corto, de forma que el propio ritmo informaba a los sujetos
acerca de cuándo aparecería el estímulo.
Tal y como esperábamos, al utilizar la señal simbólica encontramos
una réplica de los resultados previos (véase la Figura 3A): los
pacientes prefrontales derechos no fueron capaces de beneficiarse de la
señal para preparar su respuesta. Sin embargo, cuando se utilizaron
ritmos visuales para proporcionar la información temporal, la ejecución
de los pacientes con lesión prefrontal derecha mejoró claramente,
igualándose a la de los controles (véase la Figura 3B). Curiosamente,
los pacientes con lesión prefrontal izquierda empeoraron su ejecución
con los ritmos. Esto nos proporciona unos resultados interesantes para
continuar investigando cómo se procesa la información temporal
automática (ritmos) en contraposición con la información temporal
proporcionada por claves simbólicas. Algunos estudios, de hecho, apuntan
a una mayor lateralización izquierda en el procesamiento de ritmos
(Grahn y McAuley, 2009), mientras que otros encuentran una
lateralización derecha en la preparación temporal y espacial basada en
señales simbólicas (Coull, Frith, Büchel y Nobre, 2000).
Estos resultados son relevantes de cara a la rehabilitación
neuropsicológica, ya que justifican el uso de patrones rítmicos
predictivos y tareas de sincronización para reducir problemas
conductuales en pacientes con daño cerebral adquirido, así como en otras
poblaciones en las que se han relacionado los déficits motores y
conductuales con alteraciones en la percepción temporal, tales como la
enfermedad de Parkinson, corea de Huntington, esquizofrenia, trastorno
límite de la personalidad o TDAH. Sin embargo, puede que los patrones
rítmicos no beneficien a todos los pacientes y, por tanto, se necesita
más investigación.
Referencias
Barnes, R., y Jones, M. R. (2000). Expectancy, attention, and time. Cognitive Psychology, 41, 254–311.
Berlin, H.A., Rolls, E.T., y Kischka, V. (2004). Impulsivity, time
perception, emotion and reinforcement sensitivity in patients with
orbitofrontal cortex lesions. Brain, 127, 1108-1126.
Coull, J. T., Frith, C. D., Büchel, C., y Nobre, A. C. (2000).
Orienting attention in time: Behavioural and neuroanatomical distinction
between exogenous and endogenous shifts. Neuropsychologia, 38, 808–819.
Grahn, J. A., y McAuley, J. D. (2009). Neural bases of individual differences in beat perception. Neuroimage, 47, 1894–1903.
Shaffer, R. J., Jacokes, L. E., Cassily, J. F., Greenspan, S. I.,
Tuchman, R. F., y Stemmer, P. J. (2001). The effect of interactive
metronome training in children with ADHD. The American Journal of Occupational Therapy, 55, 155-162.
Toplak, M.E., Dockstader, C., y Tannok, R. (2006). Temporal information processing in ADHD: Findings to date and new methods. Journal of Neuroscience Methods, 151, 15-29.
Triviño, M., Arnedo, M., Lupiáñez, J., Chirivella, J., y Correa, A.
(2011). Rhythms can overcome temporal orienting deficit after right
frontal damage. Neuropsychologia, 49, 3917-3930.
Triviño, M., Correa, A., Arnedo, M., Lupiáñez, J. (2010). Temporal orienting after prefrontal damage. Brain, 133, 1173–1185.
Mónica Triviño (a), Marisa Arnedo (b), Juan Lupiáñez (c) y Ángel Correa (c)
(a) Servicio de Neuropsicología, Hospital Universitario San Rafael, Granada, España
(b) Dept. de Psicobiología, Universidad de Granada, España
(c) Dept. de Psicología Experimental, Universidad de Granada, España
Tomado de: http://medina-psicologia.ugr.es/cienciacognitiva/?p=569
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