Javier RUIBAL, se suma a los Proyectos de la FUNDACIÓN MUSICOTERAPIA Y SALUD

Foto de MIGUEL ÁNGEL PAEZ

Donde el sur se hace vértice 

el aire sabe a mar. 

Donde la música juglerea

desdibuja fronteras JAVIER RUIBAL. 

Con este guiño rimado queremos adentraros en el surco de los versos que labra como autor. Javier planta acordes con sus cuerdas y cultiva melodías en el quicio de su voz, sembrados en la tierra sembrada de huellas sonoras. Recitales, discos, composiciones, escenarios compartidos, éxitos mantenidos: miles de aplausos cosechados.  

Que un creador de tal porte, sombrero y guitarra incluidos, llegue a la Fundación MUSICOTERAPIA Y SALUD nos lleva a arrancarnos por tanguillos para luego improvisar, lejos de toda maestría, algo parecido a la bulería, aunque suficientemente sentida como para rendirle respetos.

Referir a JAVIER RUIBAL es hablar de innovación y amor por el lenguaje de su guitarra, de libertad expresiva, de frescura vital y de sonrisa, es aceptar que la música es un alimento cotidiano, un vehículo para lograr amigos por todo el mundo. Decir Javier es hacer la suma de la improvisación, el rigor y la emoción creativa.

Sobre sus seis cuerdas, lleva cerca de 40 años haciendo malabares, tejiendo armonías populares, cadencias de ultramar hilvanadas con los sones de este tiempo díscolo, frenético y por determinar.

Nombrar a Javier Ruibal es escuchar las voces de Martirio, Ana Belén, Javier Krahe, de Mónica Molina, Sara Baras o Pasión Vega. También las melodías de Pablo Milanés, Joaquín Sabina, Celtas Cortos, Carlos Cano, Carmen París, La Cabra Mecánica o Joaquin Calderón, entre otros. Todos ellos han sabido apreciar los valores de su buen hacer.

Recientemente hemos conocido su nuevo “Sueño”, el noveno de sus discos. Aquí puedes sentirle interpretando uno de sus temas. y de mucha más información en su web.

Desde la Fundación esperamos que su saber instrumental y la firmeza de su prolongada trayectoria nos sirvan de aliento y alimento en cada uno de los proyectos que planteamos y defendemos, para hacer de la vida un nutrido espacio musical.

Gracias Javier por darnos sonoridad.

DG