Entre talleres y ponencias hubo tiempo para conversar, hacer amigos, recordar otros tiempos y compartir un café. Fue el momento de las risas, los aplausos y de hacer nuevos planes de futuro. Los rostros lo dicen todo, las actitudes dan muestra de un tiempo lleno de buenas energías y ganas de aprender.
Desde aquí, gracias a todos, porque habéis hecho posible este encuentro de musicoterapeutas con vuestra presencia.